martes, 28 de julio de 2009

En los restos

Qué tristeza dulce encontrar en los restos retazos del alba que compartimos. Sentir tu perfume abrazando los pliegues del tibio torrente que suele cubrirnos… y descubrirnos. Qué tristeza dulce encontrarte en los restos, beber la agonía y su néctar aun tibio, y amarte lejano, desearte tangible, creerte imposible, saberte soñado. Qué dulce y qué triste, pero aun más dulce, decirle a tu ausencia que aguardo su muerte y que no haya eco, ni murmullo antiguo que nos vuelva nada, derrame vacío. Qué triste y cuán dulce, pero aun más triste, esperar la aurora aunque no te acerque, y anhelar en vano tu respiro intenso, sobre mi respiro, sollozo, silencio.
Qué dulce tristeza hallarte en los restos para que me acunen cuando no tus brazos, y tener tu voz, tu sueño y desvelo y tu alma toda latiendo en mi pecho.