tag:blogger.com,1999:blog-37081181846437521862024-03-12T16:15:34.787-07:00TranseúnteRegistro de mi cuenta regresiva en la ciudad de la furia...Dianahttp://www.blogger.com/profile/11006734746015600681noreply@blogger.comBlogger37125tag:blogger.com,1999:blog-3708118184643752186.post-48590791092331460572010-12-11T17:23:00.000-08:002010-12-11T17:25:04.852-08:00PielA veces me pierdo y es simple. Me voy sumergiendo de a poco, en una dulce escena de la que soy protagonista indiscutible. Me pregunto entonces cómo fue que llegué a ese lugar desconocido que empieza a transformarse en algo familiar para mí, y las respuestas me reenvían a ciertos matices propios de las fotografías que tomé en cada uno de los momentos que viví, sin saber lo que estaba ocurriendo. Quizá sin entender y con un signo de interrogación inmenso que poco a poco, y opaco, comenzaba a desdibujarse, para dar lugar a una certeza. La piel nunca miente. Eso me dijeron y ahora comprendo que es así. <br />La piel se transforma, se tensa, se enfría y se enciende. El cuerpo se convierte en algo nuevo. El cuerpo se convierte en un cuerpo otro que habito, cual inquilino que, sin prisa alguna, comienza a sentirse cómodo en su nuevo hogar. <br />Puedo explicar con detalles, fiel – tan fiel – a mí estilo, el recorrido que construí para llegar a la certidumbre de esta piel que recubre y se apodera de este cuerpo que visito y del que por fin me siento dueña. <br />Y cuando me pierdo y es… simple… nos observo. Antes, lejana y ahora… dentro de mí. <br />Es una postal exquisita.Dianahttp://www.blogger.com/profile/11006734746015600681noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3708118184643752186.post-16771779508891272982010-11-20T12:36:00.000-08:002010-11-20T12:37:30.697-08:00AcáAhora estoy con mi silencio que me doblega. Me hablan algunas voces y no distingo lo que quieren decirme. Que fue un error, que es un acierto, que no lo saben, que aprenda sola. Quién sabe. Son voces que están en mí y que de mí nacen. Son esas preguntas para las que nunca encuentro respuestas únicas, sino miles de variables. <br />Estoy acá, erguida aunque me cueste y recuerdo cosas que marcaron mi vida. Son fotografías manchadas por el sepia del tiempo objetivo que sigue corriendo, incluso a mi pesar. Y es en esas imágenes donde puedo verme al fin con otros colores, abrazada por otros aromas, inmersa en otros momentos que ya no son míos y a los que me cuesta demasiado dejar ir. Y todo gracias al silencio que a veces decido aplacar y otras, simplemente, dejar ser. <br />Hoy te dejo ser, silencio. Podés hablar en los idiomas más obtusos para mi entender caduco, pero te dejo ser más allá del ruido ensordecedor de las voces. Que hablen y que me llenen de vacíos e inquietudes, no me importa. Que el día finalmente aclara y yo me ilumino también, para dejar en los restos de estos instantes confusos, el residuo necesario que alguna vez dejará de serlo y se transformará en ceniza.Dianahttp://www.blogger.com/profile/11006734746015600681noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3708118184643752186.post-8416517715030578812010-09-16T18:15:00.000-07:002010-09-16T18:16:54.910-07:00SilenciosAhora me doy cuenta, no recordaba el silencio. No imaginaba que las cosas, inamovibles, parecen aquietarse aun más cuando no hay otra persona cerca. Ahora puedo verlo, las sombras dejaron de tener vida. Son ahora manchas que pintan los muros, que caen sobre el suelo, manchas similares a lo que alguna vez fue cualquier otro elemento de este espacio. Respiro y suspiro y puedo oírme. Si lloro, me pesa el sollozo que nadie calma, que no encuentra un abrazo, ni unas manos cálidas. El agua cae desde el rostro hacia el vacío de este cuarto y se pierde limpia, pero repleta de grises.<br />Estoy exhausta sobre mis piernas, me duelen los ojos. Afuera es de noche y estoy subsumida entre estas paredes, bajo sus cimientos, entre los escombros de un día lejano que ya no es perfecto. <br /><br />Tengo tanto miedo.<br /><br />Ahora lo recuerdo, así era yo antes. Antes de la brisa del bosque de tus ojos inmensos. Así, con este disfraz de ilusiones inconclusas y pasajeras. Con esos deseos aleatorios y débiles. Con una intensa fascinación por este silencio que ahora recuerdo y no recordaba. <br /><br />Es casi como si yo fuese una pieza más del engranaje, en movimiento por inercia. Me quedan los restos más dulces del transitar de los días, acomodados uno al lado del otro, apilados, unidos, conformando esa imagen que duele por bella. Y son restos presentes y vívidos, son restos con formas, colores y pálpito. Son retazos nuestros que quizá vuelvan a unirse. <br /><br />Por algún motivo tengo recuerdos que había olvidado. Vuelven y se instalan en mí, me roban una lágrima y desaparecen. Imágenes de momentos simples. <br /><br />Ahora comprendo que ya no lo hago. Dejé de pensar y me dijeron adiós los fantasmas, los mismos que antes no me dejaban hablar porque ellos lo hacían por mí. ¿O yo les di la espalda a ellos? <br /><br />Ahora no tengo más que silencios, encadenados unos a otros. Silencios, esos que antes vaciabas con tu risa.Dianahttp://www.blogger.com/profile/11006734746015600681noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3708118184643752186.post-28531944404638412632009-12-04T16:08:00.000-08:002009-12-04T16:11:32.703-08:00TardeSucede a veces que uno decide, o al menos su cuerpo, el cuerpo de uno, dormir una siesta creyéndola breve; por entregarse al cansancio mínimo, pero propio, duerme y se queda dormido, durmiendo, descansa y se aquieta. Sin sospechar que quizá, el resto de las personas, que antes durmieran, ya despertaron, o que simplemente nunca durmieron. Uno recuesta la mente para evadir el desvelo constante, la insomne promesa, y el resto continúa, viviendo la vida y el correr del tiempo, que aunque construido, corre. Cuando la siesta termina porque un golpe brusco e insospechado abre de par en par esos párpados inmóviles, descubre uno, a su pesar, cómo el tiempo se le escapó de las manos y a nadie desea, augura, maldice, esa suerte. Esa de despertar tarde.<br />Hoy desperté finalmente. Tarde para cumplir con mis márgenes establecidos, con mis fotografías deseadas, con mis manos repletas y colmadas de futuro. Hoy desperté de mi siesta, fue interrumpida por voces ajenas, que llegan tarde.<br />Y a nadie deseo, auguro, maldigo esta suerte. Esta de despertar tan tarde. <br />Pero si auguro despertar. Y así recordaré mi despertar el día de mañana, que no es hoy porque hoy despierto. <br />Sucede que la vida tiene matices de colores diversos. Las emociones poseen mayor o menor intensidad, pero muchas veces, no emocionan. La pasión se entristece, el devenir se interrumpe y todo transcurre en cámara lenta, en blanco y negro, sin aromas. <br />Hoy desperté y cuán absurdo que sea tarde. A veces en sueños uno desea que sea todo un sueño y entonces despierta y calma su angustia ese mismo despertar que hoy me invade y me recuerda cuán tarde… desperté y es tarde. <br />Pero al menos desperté. <br />Despierto en Buenos Aires, antes de explorar otras postales. Y todo lo que pudo haber sido me pesa más ahora que en sueños. Ahora estoy despierta.<br />¿Qué será de mi?Dianahttp://www.blogger.com/profile/11006734746015600681noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3708118184643752186.post-81305231825043053852009-08-14T07:37:00.000-07:002009-08-14T07:38:44.758-07:00Mi analista me dijo…Leí una vez en una revista del corazón, que comenzar una conversación con la frase “mi psicólogo dice que…” está terminantemente prohibido en el contexto de una cita con una persona del sexo opuesto. No sé si alguna vez, antes o después de ser prevenida por esas palabras, lo hice. Creo que no. Quiero creer que no. <br />Si por ejemplo hubiese dicho que todo es culpa de nuestros padres, cosa que digo a menudo y que, por otra parte, no debiera ser novedad, no tendría por qué haber pecado de amargada e intolerante. Está comprobado y una carrera entera lo sustenta, que efectivamente todo es culpa de nuestros padres. Y de los hijos que no son sino receptores activos de lo que los padres inculcan acerca del arte de vivir. Ambos actores, para hablar en términos de lo que a mí concierne, son responsables, quitando con esta nueva palabra la carga valorativa de la expresión culpa. <br />Alguien que conocí me dijo que la palabra analista, referida a la salud mental, es algo así como un eufemismo y yo creí en aquel entonces, años atrás, que estaba en lo cierto sin lugar a duda. Hace unos pocos meses comprendí que dentro de la psicología hay otras corrientes y que al menos para una de ellas ya no es psicólogo el analista, y la terapia deviene análisis. <br /><br />Habiendo aclarado estas cuestiones prosigo.<br /><br />Días atrás mi analista me dijo que “hay que hacerse cargo de las ganas”. Lo traigo al papel para volverlo legible y tangible, para poder regresar a esta idea cuantas veces yo quiera y de manera inmediata. <br /><br />O quien desee hacerlo.Dianahttp://www.blogger.com/profile/11006734746015600681noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3708118184643752186.post-47402163623771098332009-07-28T08:04:00.000-07:002009-07-28T08:05:58.254-07:00En los restosQué tristeza dulce encontrar en los restos retazos del alba que compartimos. Sentir tu perfume abrazando los pliegues del tibio torrente que suele cubrirnos… y descubrirnos. Qué tristeza dulce encontrarte en los restos, beber la agonía y su néctar aun tibio, y amarte lejano, desearte tangible, creerte imposible, saberte soñado. Qué dulce y qué triste, pero aun más dulce, decirle a tu ausencia que aguardo su muerte y que no haya eco, ni murmullo antiguo que nos vuelva nada, derrame vacío. Qué triste y cuán dulce, pero aun más triste, esperar la aurora aunque no te acerque, y anhelar en vano tu respiro intenso, sobre mi respiro, sollozo, silencio. <br /> Qué dulce tristeza hallarte en los restos para que me acunen cuando no tus brazos, y tener tu voz, tu sueño y desvelo y tu alma toda latiendo en mi pecho.Dianahttp://www.blogger.com/profile/11006734746015600681noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3708118184643752186.post-9181751843177803322009-04-20T16:40:00.000-07:002009-04-20T16:41:04.594-07:00PalabrasAñoranza. Lejanía. Pesar. Nostalgia. <br />Cerremos este capítulo que tiene un dejo de permanencia asfixiante. Cerremos las cajas con viejos papeles repletos de polvo. Cerremos una puerta, dejemos caer esa lágrima. Entreguemos la llave y sonriamos a esa noche bonaerense magnífica que siempre supo complacernos con su mera imagen. Dejémonos llevar por el camino hacia el después, o hacia el ahora. Pisemos el asfalto con firmeza dando esos últimos pasos, habitándolo una vez más mientras nos deja y lo dejamos. Que nos duela el vacío en el centro del cuerpo tenso de ansiedad, tembloroso y febril. Que nos moleste ese dolor, que nos colme de dudas. Que nos falte el aire de pronto.<br />Sintamos la pendiente del mundo en la próxima esquina y decidamos entonces saltar de una vez sin pensarlo dos. Atémonos a cosas incorpóreas de las que luego podamos desatarnos con facilidad si así lo quiere el viento. Huyamos en el aire lejos de todo para acercarnos a un nuevo ego y conocernos un poco. Un poco siquiera. Porque en el limite que separa cada una de las figuras de la tierra, allí podemos encontrar una esencia nueva, que siempre fue nuestra. <br />Y ser, ser y ser…<br />Abramos los postigos en tierras lejanas. Digamos: “¡es este el lugar de mis sueños!”. Bebamos el viento de tierras cercanas. Digamos: “¡es este el lugar de mi sueños!”. Y soñemos lugares de esta manera. Vivamos rincones, degustemos poesías, saboreando una a una las letras de nuestra palabra preferida. <br /><br />Luz.<br /><br />¿No es acaso una palabra deliciosa?Dianahttp://www.blogger.com/profile/11006734746015600681noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3708118184643752186.post-69273964770672254962008-11-23T15:43:00.000-08:002008-11-23T15:44:46.551-08:00SurY si no hubiese dejado el sur… qué si no lo hubiera hecho? Probablemente estaría en otro rincón preguntándome por qué no lo hice: irme como me fui.<br /><br /> Sucede de pronto. Uno se contornea entre festejos y adioses, se colma de lágrimas el rostro, prepara las cajas, valijas, escribe cartas y sueña… uno sueña tanto cuando está a punto de dejar el nido que lo cobijó la vida entera. Y yo escribí algo de unas aves cuando mi mejor amiga se fue antes que yo, a un lugar que no iba a ser el mío. Unas aves libres a las que les habían dado una libertad que en realidad no deseaban. Porque yo anhelaba la huida sí, pero no había en mí espacio suficiente para abrazar esa dimensión toda, inconmensurable. La incertidumbre tenía tanto poder que generaba adrenalina, creaba la ficción de las certezas. <br /> Abrí el cajón de la mesa de luz de mamá y le dejé una carta, mientras ella me esperaba fuera con mi modesta mudanza. Supe después que lloró, que los vacíos le pesaron como cuerpos sin forma entre los halos de luz que invadían mi cuarto. Quizá en simultáneo yo también lloré, observando por una ventana el gris del verano porteño disuelto en cenizas. Se había vuelto tan real el futuro y tan lejano todo lo demás que no pude más que abandonarme a esa sensación vagabunda entre tristeza y sosiego, y esperar… <br /><br />Esperar…Dianahttp://www.blogger.com/profile/11006734746015600681noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3708118184643752186.post-10919956581089660042008-11-02T09:15:00.000-08:002008-11-02T09:17:35.172-08:00Aporteñarse...Artículo publicado en el Portal Buenos Aires Sos<br /><br />http://www.buenosairessos.com/articulo-313.htmlDianahttp://www.blogger.com/profile/11006734746015600681noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3708118184643752186.post-2341169831863818532008-09-29T18:10:00.000-07:002008-09-29T18:11:26.609-07:00SimpleHace días, quizá meses, que esta sensación de falta me pesa. Me faltaba hacer esto: sentarme un momento, ver el cursor en movimiento y en mis altos narrativos observarlo impaciente, reapareciendo, como gritándome que me quite la quietud de la ausencia de la mancha en la hoja, que le entregue al silencio una pizca de tinta para que deje de existir en este pliegue virtual, que me permita decir cualquier cosa con tal de decir algo. <br />Por qué será que las ideas no se armonizan sino de este modo muchas veces. Por qué será que aun teniendo lo que concede al escrito la facultad de ser, aun así me resulta vacío a menos que suceda esto. Esto que está ocurriendo ahora. Una proyección desconfigurada se desglosa en palabras y el sentido no es tan absurdo como lo era antes. Cuando era sinsentido. <br />Y he aquí la diferencia… ya me siento mejor. Y la falta decrece.Dianahttp://www.blogger.com/profile/11006734746015600681noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3708118184643752186.post-27098143690415045532008-07-01T07:54:00.000-07:002008-07-01T07:57:25.744-07:00MíoQuizás algo de mí se quedó con vos.<br /><br />Y fue antes de volvernos humo <br />En el centro de esos aires viciados de la calle<br />Exactamente en el minuto previo<br />Cuando dejé ese espacio<br /><br />Breve <br /><br />Algo de mi se quedó con vos.<br /><br />Luego en todos los vértices <br />Que guardan los restos<br />Tampoco hubo nada<br />Ni tuyo, ni mío, ni nuestro<br /><br />Pero en mí<br /><br />Late esa ausencia ignorada.<br /><br />Y me pregunto para qué<br />Si hubiese acaso un sentido,<br />Para qué dejarte algo tan mio<br />Si de vos no tengo nada<br /><br />Por qué me duelen dolores<br />Intangibles <br /><br />Y muy a mi pesar<br />El tiempo deviene obtuso<br /><br />Esa presencia pequeña<br />Intacta, entera<br />La dejé en un rincón<br />De tus rincones<br /><br />Y ahora…<br /><br />Serás esa parte del todo<br />Que se pierde en la nada<br />Por ser multitud<br /><br />Serás masa<br />Serás todos y ninguno<br />Y seré alguien que una vez conociste<br />Que pudo quererte<br /><br />A quien pudiste querer<br /><br />Mientras tanto algo de mí<br />Se quedó en vos<br />Y como el tiempo es tirano<br />Ya te pertenece<br /><br />Pero no logro dejarte<br />En la orilla de la alteridad<br />Como el mar se quita la sal de las olas<br />Y regresa al son del viento<br /><br />Es inútil y perverso<br />Pretenderte inexistente<br />Quererte efímero<br />Sentirte invisible<br /><br />Olvidarte<br /> <br />Así que ese algo mío<br />Lo dejo con vos<br />Dichosa por volverme<br />Tan humana como el resto de nosotros.Dianahttp://www.blogger.com/profile/11006734746015600681noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-3708118184643752186.post-66306394621969916122008-01-15T08:52:00.000-08:002008-01-15T09:25:36.180-08:00Mala leche 1Sinceramente a veces me pregunto "por qué estas cosas me pasan a mí"?. Tengo acaso un contrato de mala leche con el destino que firmé una noche de juerga en algún bar porteño, cuando el temor de nuestros padres de que nos pongan drogas extrañas en el trago llegó a su fatal desenlace?? Quizá. <br />Cuestión que hace algunos días llevaba ropa al lavadero y la puerta de entrada estaba más que sellada, imposible abrirla. Mi vecino tuvo la gentileza de ayudarme a salir y todos a salvo, pero a mi regreso, con un leve empujón el vidrio... inmenso vidrio que creí macizo, estalló en pedazos. No me lastimé, casualidad divina, y acto seguido hablé con la Administración para pedir con suma urgencia un vidriero. Jorge llegó 20 minutos más tarde y criticó a aquellos que "rompen y no juntan los restos". Lo observé con calma y le dije: "yo lo rompí y estaba esperando que lleguara usted para ir a buscar pala y escoba arriba...". Después de todo mi misión, junto con la de algunos vecinos que se sumaban, aunque por pequeños momentos, a observar la catástrofe, era advertir sobre el peligro al que encarara la puerta distraído. Finalmente era la bisagra la que impedía abrir y cerrar la puerta y la queja había sido efectuada hacía una semana. "Le podría haber pasado a cualquiera". He aquí cualquiera. En fin, pese a que me ofrecí a hacerme cargo del gasto de probarse mi responsabilidad en el hecho, lo de la bisagra apaciguó las cosas. Y talvez mi juventud, y mi condición de inquilina.<br />Lo que a mi me llamó la atención fue mi reacción frente a los sucesos: cuando el vidrio estalla yo me quedo perpleja observando primero su caída y estruendo sobre la baldosa del hall y luego a mi vecina del 1 apartando los restos con un secador mientras me preguntaba si estaba herida. Respiré profundo, y aunque intenté enojarme o deprimirme no lo logré. Simplemente observar las cosas que nos pasan (que a mi me pasan) y dejarlas ir. Todo es anecdótico me repito sonriente. No hay que dramatizarrr. <br />Creo que después de una seguidilla de cosas por el estilo que vienen ocurriéndome no me queda otra que reconciliarme con la mala leche. Será parte de mi, como en una época lo era perder todos mis objetos de valor simbólico y monetario como las cadenitas de oro, dos DNI, las llaves de casa (junto con el DNI: mapa de robo anunciado), un reloj que me regaló mi mejor amiga, un llavero.. que también me regaló mi mejor amiga, pulóveres...<br /><br />Soy por herencia genética distraída (desboladísima). <br /><br />Cuando les cuento estas cosas a mis sobrinos, rompen en carcajadas interminables y elogian mi sentido del humor. Y yo me río con ellos. <br /><br />Es preferible... reír<br /><br />Que llorar.Dianahttp://www.blogger.com/profile/11006734746015600681noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-3708118184643752186.post-18166868661932583622007-11-29T10:49:00.000-08:002007-11-29T10:56:07.469-08:00Sin serCuando una historia sin comienzo termina, hay infinidad de palabras posibles que jamás serán dichas a nadie. Es el lenguaje del silencio que se arrincona en el espacio de lo que pudo haber sido. El resto lo ignora por completo y uno mismo con el correr del tiempo aprende a ignorarlo también. <br />La energía, que había tomado cause, detiene su marcha a mitad de camino y se esfuman las horas de un tiempo perdido, de un tiempo inútil. Y ya no hay miradas, ni voces que sonaban familiares, ni detalles agradables, ni sorpresas ni misterios. No hay planes. Pero tampoco hay vacío. Es como un alto de repente, es una interrupción en la armonía, es una lámina de sombra que ata un nudo en la cuerda del tiempo. Es un momento nada más de confusión y de amenaza de tristezas venideras, que quizá nunca lleguen a materializarse. <br />Son las fotografías de un amor que no fue amor. Es una historia sin presente ni futuro, sin esencia. Es un mero condicional. Aquello que pudo haber sido y no fue, no es. Y en mi propio devenir temperamental debo decir… tampoco será. <br />¿Qué nos dejan estas historias? ¿Qué aprendemos con ellas?Dianahttp://www.blogger.com/profile/11006734746015600681noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-3708118184643752186.post-47127513189944777842007-11-24T09:52:00.000-08:002007-11-24T09:54:06.789-08:00Bife en manoLa historia comienza en una esquina del corazón de San Telmo. Rezaba Takura su cartel sin luces. Los minutos pasaban y comencé a presentir que no vendría al encuentro. Entonces la llamé y como efectivamente estaba retrasada propuso enviarme una consigna por mail para que hiciera ese parcial a destiempo de modo domiciliario. Horas después encontraría en mi correo su intensa complejidad.<br />Caminé hasta la parada del 29 que llegó enseguida. Era de noche ya y es un paseo, el de regreso a casa desde ese barrio, que siempre disfruto. Las vidrieras con antigüedades, la gente tomando tragos en la plazoleta de cemento y después una calzada circular hacia el centro hastiado a toda hora. La Avenida Córdoba se abre y todo me resulta familiar. Como si en cada rincón hubiera una anécdota mía. <br />Bajé en lo de Ro, tomamos unas copas de vino y hablamos de la vida, de los desamores y de la sequía de esas lágrimas que no logran aflorar. Hablamos del tiempo cuando nos invadió el aroma a lluvia. <br />Finalmente llegué a casa cerca de las 10 de la noche y pedí comida porque no tenía ganas de cocinar. Necesitaba hierro y elegí un bife de costilla que llegaría en 30 minutos. <br />El timbre sonó y pensé en atender, creo que lo hice, pero sólo para comprobar que todavía no arreglaron el portero. Y quizá pensando en esas cosas me puse unas ojotas (podrían haber sido las pantuflas) y bajé con la billetera y el cambio justo. <br /><br />Sólo con la billetera y el cambio justo.<br /><br />Mientras me acercaba a la puerta ya en planta baja descubrí que no tenía la llave. Ahí estaba, mi bife esperándome, mi estómago crujiendo, mis manos casi vacías. Entonces haciéndole una seña al chico del delivery le rogué que me esperara. Él sonrió y pasó los siguientes minutos observándome de puerta en puerta sin lograr que nadie me abriera. “Estoy descansando” gritó el malhumorado del 3 con tonada gallega. “Buena onda” le contesté con enojo.<br />Subí hacia la salvación del 7. Primero pude encontrarme con el bife, le pagué al muchacho y enfrenté lo peor. Mi vecino hizo fuerza con una radiografía y no logró abrir la puerta. Entonces desde su casa llamé a Aldana que no estaba y a Ro, pero daba ocupado. <br />Con una llave extra de la puerta de entrada que me facilitaron y un paraguas a estrenar, también prestado, salí bajo la lluvia, bife en mano y en ojotas. Pasé por el banco, saqué dinero, y desde un locutorio llamé a Ro que me pasó el celular de Aldana (esto de tener todo agendado hace que ya no memoricemos nada) y paso seguido la llamé a la Peti. <br /><br />- Estoy en Paseo del Sol, tengo la llave conmigo ( wonder wooommmaaannn)<br /><br />Me tomé el 152 (o el 39) y me bajé en el Alto Palermo. Recuperé la llave, me despedí de Aldana y sus amigos y en un 68 (o 29) regresé a casa con el bife ya frío, pero contenta por no haberme desesperado en tomar mil taxis para cortas distancias, sobre todo con una bajada de bandera a 3.10. <br /><br />En fin. Final feliz para una pequeña odisea. <br /><br />El bife delicioso. Valió la pena esperar.Dianahttp://www.blogger.com/profile/11006734746015600681noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3708118184643752186.post-31378189718625569162007-11-14T19:54:00.000-08:002007-11-16T12:38:01.800-08:00AtmósferaHay una melodía que me recuerda un lugar en el que nunca estuve, pero que se parece mucho a mi lugar en el mundo. Es un espacio inmenso y vacío en el que el aire recorre sus propios sueños. Hay arena y es húmeda y con aroma a lluvias veraniegas y lejanas. Tiene recovecos por doquier y son de piedra y de cal, cubiertos de sal y de memorias nuevas. Es mi paraíso personal. Es mi lugar desconocido. Está esperándome en algún rincón del globo, anhelando ser habitado por mí. Y yo sólo deseo ser habitada por él. Correr descalza contra la brisa de una primavera eterna. Y saber que mi destino estuvo siempre entre esas rocas azules y esos ecos palaciegos de la orilla. Aire. <br /><br />Aire.<br /><br />Y esa sola melodía.<br /><a href="http://es.youtube.com/watch?v=gxNNOCavCw4"></a>Dianahttp://www.blogger.com/profile/11006734746015600681noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3708118184643752186.post-89884069367832438402007-10-26T07:28:00.000-07:002007-10-26T07:29:03.540-07:00En construcción 3Uno construye. <br />Construye su día, lo prepara, elige los condimentos adecuados, lo saborea, lo arma. Lo diseña. Espontáneamente quizá, va uniendo las piezas necesarias para vivirlo. Cuando factores externos aparecen sorpresivamente los deja entrar e influir o los aparta y los reprime. Una piedra derrumba el castillo de naipes, puro equilibrio. Siempre hay que dejar un espacio para esas sorpresas. Uno construye un método de estudio, lo abandona y lo reconstruye las veces que considera necesarias. Una relación también se construye, de a dos. A veces construimos fantasías e ideales de cosas que nunca serán. Construimos textos eligiendo y ordenando, paradigma y sintagma, una armonía semántica que nos convence. <br />Pero a veces sentimos que no construimos nada. Que no aportamos nuevos elementos a nuestro universo. Que los días se deshacen entre las yemas de los dedos. A veces la tristeza devora muchas de nuestras horas, irrecuperables. Será que también allí construimos. Un rincón para la tristeza que se nos impone. <br />Hay autores que citan el advenimiento del reloj como impulso de la modernidad. Esto quiere decir que nuestras nociones acerca del tiempo son inventadas. Nos vienen dadas, pero en realidad son aprehendidas. Los relojes marcan los retrasos, los adelantos, el espacio limitado para comer un sándwich en la oficina, hasta la cantidad de posibilidades que restan para tener o no un hijo. Es una total mesura. Y de hecho también logra catalogarnos porque si solemos estar retrasados somos impuntuales. La palabra retraso en su sentido peyorativo (incluso cuando no intenta serlo lo es) nos dice que la normalidad está hacia delante. Alguien con un retraso, si nos guiáramos solo por el origen semántico de esta palabra no puede progresar. Si nos adelantamos en cambio nos llaman ansiosos, perfeccionistas, estructurados, obsesivos, histéricos. Y si no tenemos un hijo antes de que el reloj biológico llegue a las 12 campanadas, viviremos solas por el resto de nuestras vidas.<br /> Pero, ¿quién es el culpable de los momentos marchitos?. Esos que no pueden recuperarse. <br />Los que bajo un inconsciente vestido de normalidad pudimos haber advertido, mientras el tiempo pasaba violento y veloz. ¿Cómo ganamos el tiempo perdido?, ¿con qué pagamos los instantes derrochados?.<br />Si estoy en deuda con un pasado que quiso ser, que pudo ser y al que di la espalda una y otra vez. Una idea, un impulso, un amor. Y en deuda conmigo. <br /><br />Culpable es el miedo. O la farsa hecha armadura de una fortaleza que no es tal, pero a la que le entregué mi vida entera. Culpable es la estupidez que nace del dolor. Culpables son los otros. Soy yo en esta ajada red social. Culpable es una imagen, o dos. Y la memoria selectiva que eligió mal. <br />Pero aun no se consigue dominar el tiempo y su retroceder. Es una utopía tan absurda. Es una excusa tan banal, que quiere dejar de ser mi utopía mayor. La técnica tiene falencias que para nuestro sentido común son obviedades. No puede deshacer la mortandad, ni nos permite estar en dos lugares al mismo tiempo. Tampoco hace posible volver el tiempo atrás. <br /><br />¿Puedo construir algo que niegue lo anterior?, ¿o destruir lo construido?; ¿vencer el tiempo dándole la espalda a ese deseo de regresar para hacer las cosas bien?<br /><br />O será mejor sencillamente construir… cosas distintas.Dianahttp://www.blogger.com/profile/11006734746015600681noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-3708118184643752186.post-20628940140811206842007-09-06T21:18:00.000-07:002007-09-06T21:19:19.982-07:00Rojo intensoCasi en un descuido escribí en verso alguna vez un poema, quién sabe cómo lo titulé si es que lo hice, quien sabe de qué trataba si es que era algo más que mera rima. Sin saber muy bien qué era lo que hacía acepté esa propuesta de mis amigas en plena infancia y asistí a una reunión coral en la que el profesor determinó que yo era soprano. De alguna manera sin fuerza alguna la escritura y el cantar entraron en mí y adornaron mis rutinas desde allí en adelante. La vocación se nos impone, dijo un sabio filósofo una vez no hace mucho y yo lo presencié. Es cierto, pensé. Hay quienes pasan la vida entera buscándola. Nunca concebí una vida sin pasión, hasta que entendí que así como la felicidad es momentánea, la pasión también lo es, pero es, es decir que existe. Y al igual que la vocación y las más de las veces de la mano de ésta, también la pasión se nos impone. Quizá no haga falta esperarla, buscarla desesperadamente, sino simplemente (y con toda la complejidad que supone) no ignorarla cuando llega. Por qué volver el rostro hacia el pasado como el Agelus Novus que busca “recomponer lo despedazado”. Siquiera temerle al “huracán” del futuro. Quedémonos con el hoy.<br />Hoy, caminé las últimas dos cuadras de mis 23 años por Güemes hacia mi hogar. Faltaban dos minutos y yo empecé a sonreír. El miedo de llegar a este punto, la desesperación de buscar en mi historia señales de improntas vistosas, me persiguió esta semana, el lamento de la cercanía al cuarto de siglo. Y la total incertidumbre. Luego el teléfono empezó a sonar con saludos y alegrías y cariños y planes… y todo eso. Siento que nunca un número par me gustó tanto. Lo veo de color colorado, vivo e intenso. Le veo la talla de la madurez necesaria para empezar a madurar, del crecimiento preciso para empezar a crecer. Y cambiar mis mensajes hacia mi y hacia mi propio universo por párrafos cortos y sencillos que hablan de bienvenidas y abrazos. <br /><br />Hace 24 años, a las 15.45 de un miércoles, llegué. Esta sensación de caída en un universo ya conformado que se alistaba para ser mi hogar. Caí. En uno de esos momentos que no son ni dorados ni de desintegración, sino un permanecer. Cuando todo era nirvana yo llegué. No podría haberlo querido de otro modo de haber tenido la imposible posibilidad de elegir. Y sé varias anécdotas que me dibujan el momento, que se quedan en mi y en mi bagaje de recuerdos sin memoria. <br />Llegué ese año que el horóscopo chino otorgaba al chancho de agua, el mismo año en que en varios se renovaba la esperanza hecha piel de la libertad, pero aun no hecha cuerpo. Cuando la sal entumecía los rostros, y habían sólo sospechas y temores de toda esa ausencia que luego fue evidente. En un país de jueves blancos y domingos grises. En el mes de los enamorados, de las flores. En un año de paradojas. <br />Así que me siento así: del color de la pasión, y bella como esta noche que anuncia la primavera cercana. Amo la vida, amo a mi gata, amo tantas cosas. Y yo que alguna vez creí mi pasión perdida. Será que hay que seguir buscando, con más que predisposición, por dónde encausar la energía. Y arriesgar las veces que queramos como mejor nos parezca. Somos tantas cosas, cumplimos tantos roles, influimos de tantas maneras en los otros y en nosotros a medida que la vida transcurre, que por qué no, animarnos a vivirla a nuestro modo como dice la canción.Dianahttp://www.blogger.com/profile/11006734746015600681noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-3708118184643752186.post-90021885349703197032007-08-27T21:53:00.000-07:002007-08-27T21:57:06.258-07:00FotografíasYo soy una de esas personas que tienen la manía de guardar. Papelitos, adornos, etiquetas, postales, cualquier mínima cosa. También heredé una pasión por órdenes internos esporádicos, momentos en los que tiro de golpe todas esas cosas que guardé meses o años atrás. Hoy buscando unas revistas <em>Primera Plana </em>entre mis apuntes me reencontré con fotos. No las traje hace mucho, es una selección especial de imágenes algo antiguas. Lo bueno de dejar pasar un tiempo entre reencuentro y reencuentro es este volver a sorprendernos en un breve viaje hasta el momento en que se tomó la fotografía. Y comprender la magnitud de las sonrisas, o quizá el cansancio de alguna mirada. Y el amor. Incluso entre aquellos que hoy han dejado de amarse. Recuperar los parecidos y los elementos de época. <br />Yo formaba parte de este trío hermoso, con las peleas y distanciamientos propios de la edad. Y aun formo parte, pero aunque así no fuera. Y también parte de esta familia tan bella. Y todo eso que mi memoria por frágil puede perder, quedó registrado en estos retazos de papel que se amontonan sobre el escritorio. Es como recuperar un sonido, un aroma, una sensación. Y sentirme dichosa de haber estado allí.Dianahttp://www.blogger.com/profile/11006734746015600681noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3708118184643752186.post-12969739693818124602007-08-18T20:27:00.000-07:002007-08-18T20:33:33.981-07:00Veinte días para los 24<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6LNLijk7lYBI3VIDY4iJZjs0Fhk6vVB63CjJxXwE8U9f4kPiOCc5GpbHCxw05ahaRtE6nMLiB48y6ZNYG9_MBbaFLEANv-i3xVl0dzt04B9urgZr8AbK_Nzk6sZ7wvmKvZeNeUwkyP3We/s1600-h/2007_01310027+Rotated.JPG"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6LNLijk7lYBI3VIDY4iJZjs0Fhk6vVB63CjJxXwE8U9f4kPiOCc5GpbHCxw05ahaRtE6nMLiB48y6ZNYG9_MBbaFLEANv-i3xVl0dzt04B9urgZr8AbK_Nzk6sZ7wvmKvZeNeUwkyP3We/s200/2007_01310027+Rotated.JPG" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5100249588192886834" /></a><br />Cada año impar, yo cumplo una edad par...Dianahttp://www.blogger.com/profile/11006734746015600681noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-3708118184643752186.post-48703728725854009652007-07-18T19:36:00.000-07:002007-07-18T19:38:45.700-07:00Filiación¿En qué momento uno deja de hablar con los padres?. ¿Es en ese instante en que deviene adulto y ya no pide permisos?. O es cuando desea esos permisos de forma explícita y como sabe que no va a obtenerlos (porque las diferencias de opinión sobre determinadas cosas son cada vez más abismales, sobre todo sobre cómo uno, hijo, maneja su vida y sus tiempos), sencillamente calla. ¿La comunicación madura o se interrumpe?. ¿Cuando uno finalmente cumple con los objetivos macro de sus padres (pongamos por caso tener un título), la sensación de deuda hacia ellos se extingue?. ¿O será que en ese momento van a desear otras cosas y seremos eternos morosos?. ¿Llegaremos a sentirnos libres entonces o no?. Queremos esa libertad o en nuestro reclamo exigimos algo que no estamos preparados para afrontar, esto es, hacer lo que queramos sin importar lo que digan. Y qué si cuando ellos nos dejan ir no queremos que lo hagan. Y qué si se transforman en el único motivo por el cual seguimos adelante, para no defraudarlos. Qué cosa tan ambigua con los padres. Alguna vez dije que están para hacer de lo fácil algo difícil y de lo difícil algo sencillo. Hay frases hechas que no son sinceras: “esto lo haces por vos, no por mi”. A simple vista no es verdad, sino no habrían ofensas cuando nos salimos un rato del plan estipulado. No somos ellos. No vivimos en su época. Gracias a su sacrificio hoy no necesitamos sacrificarnos, estamos más contenidos. Y el sacrificio quizá existe desde otro lado. En mi caso, estar sola, lejos. “Pero vos lo elegiste”. Piedad. Lo elegí, pero tengo permiso para sufrir la soledad. “Hiciste lo que querías”. Era una infante, un adolescente pocas veces sabe lo que quiere. ¿“Querés volverte?”. No!. Quiero quejarme un rato. Un rato nomás. Una eterna puja por quién es el victimario y quién la víctima en esta ronda. Qué cosa tan pasional con los padres. Todos sabemos de qué hablamos cuando hablamos de ellos. Todos pueden sentirse identificados con estas palabras. Y ellos, buscando el manual inexistente para criarnos, ponernos límites y encima facilitarnos la felicidad. Tolerando la adolescencia, etapa que debiera abolirse. Amor y odio. Catarsis y ternura. Presencia intolerable. Ausencia insoportable. Tire y afloje. Desesperación e inercia.Dianahttp://www.blogger.com/profile/11006734746015600681noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-3708118184643752186.post-14825122122538700242007-07-10T21:42:00.000-07:002007-07-12T17:57:18.639-07:00NoctámbulaEn plena adolescencia solía quedarme mirando tele un rato después de cenar. Mi mamá desaparecía por el pasillo cargando su bolsa de agua caliente y deseándome buenas noches. A veces teníamos charlas prolongadas hasta que ella me dejaba hablando sola porque se perdía en algún sueño y era imposible recuperarla. Las luces de todos los ambientes estaban apagadas y era mi momento de libertad. Entonces encendía la computadora y empezaba a escribir. Cualquier cosa, lo primero que se me ocurría. Por aquella época hice mi primer cuento, <em>Resplandores</em>, que relataba una jornada de tragedia en un pueblo pequeño, tras el derrumbe del diario zonal. Era la historia de Milagros, una periodista adicta a las primicias. Hace poco lo releí. Empezaba así: <em>Milagros se apartó del reflejo penetrante de aquel vidrio posado en el suelo, entre los escombros</em>. Yo siempre tan ornamental. Uno no suele darse cuenta cuánto de su futuro queda registrado en un escrito inocente porque en ese entonces no me veía a mi misma como periodista ni mucho menos. Tenía todo por delante y ninguna sospecha. Pero era feliz. En esas noches, cuando el cansancio era su ausencia yo me sentía viva. Todas las mañanas de mi adolescencia fueron un caos para despertarme. Mamá probó alternando los tonos de voz, la intensidad de la luz, la abundancia de los desayunos, pero no había caso. Aún así, mis noches eran mías. Mi rincón junto a la ventana. Ese silencio imposible de la madrugada. Estaba gestándose en mí eso que soy.<br /><br />1.30 de la madrugada y sigo despierta recordando mis primeros noctambulismos. Trabaje o no, no puedo evitarlos. También pienso en mis primeros escritos. No siempre nos gusta lo que escribimos, pero no deja de ser auténtico. Pienso en esto porque la veterinaria me dijo que cuanto más tarde yo en acostarme y cuanto más cálida sea mi casa, Camila nunca va a dejar el celo porque para ella es siempre de día. Los conflictos que se generan cuando uno deja de ser sólo uno. Cuando la convivencia se da en un ambiente más reducido que la casa de nuestra niñez, con sus pasillos y divisiones. Cuando de alguna manera hay que empezar a entender el significado de postergarnos por el bien del otro. De todos modos cuando no está en celo, el noctambulismo de Camila me resulta encantador.Dianahttp://www.blogger.com/profile/11006734746015600681noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-3708118184643752186.post-11990798727341827532007-07-04T18:09:00.000-07:002007-07-04T18:21:09.645-07:00ParísParís tenía esos colores diurnos, esa luz. El espíritu festivo y volátil,<br />esas dimensiones jamás vistas. Al ver la torre me quedé sin aire. Ya no pude hablar. No logré comprender el significado de mis palabras ocultas. Todo tan perfecto, tan bello. Una ciudad así, con sus suciedades y miserias, pero aún tan bella... que quise morír allí. Ser una de las flores de los puestos de Notre Dame, una molécula del río. <br />Después de todos estos años le temo al olvido de esos tontos detalles que creía invencibles, pero algo se me quedó en la piel, se perdió en mis ojos, en mis manos y en mi boca.<br />Fue amor a primera vista con París y de esos amores que duran la vida entera.Dianahttp://www.blogger.com/profile/11006734746015600681noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3708118184643752186.post-75658683697886921652007-07-01T19:54:00.000-07:002007-07-02T07:32:26.512-07:00Casa 23Me despedí de la calle Santa Fe en un gesto sonriente. No tenía ni la menor idea de cómo era el lugar hacia el cual me dirigía, pero había una certeza: era lejos, muy lejos. Con todos esos gestos de temor en las voces de los otros y las recomendaciones pertinentes, con un disparador desde el centro de mi ser hacia la aventura de saberme lejos por una buena causa, con la confianza de otros tantos; sencillamente me fui. <br />Julián Álvarez se perdió de vista en algún momento que yo no divisé y la Avenida Pueyrredón era habitada por centenares de personas, con ese sol irrespetuoso del último suspiro del mes de junio. Abruptamente vinieron recuerdos de ese itinerario y supe que lo hacía hace meses rumbo a la fundación, pero sólo hasta que la Avenida Caseros desapareció también. Después no sé. Unas casas de ladrillos, una ruta, álamos, basurales, puentes. Silencio. <br />Aventurándome a paso lento sobre la gente inamovible del colectivo, pedí disculpas, pedí permisos, hice preguntas. Pero sólo una hora y media después de haber dejado esa vereda gris del Jardín Botánico logré bajar en Camino Negro al tres mil trescientos y llamé a Marta. El encuentro fue a mitad de cuadra y a mi lado esa estructura parecía una autopista enloquecida, “es nueva” me dijo Marta y caminamos hasta perdernos en el pasaje Saborido que habita Amberes. <br />El mate era dulce y el ambiente cálido. Me sentí en casa, a salvo de todo lo desconocido del radio exterior. Me sentí lejos y a salvo, ¿extraño?. <br />Cuando apagué el grabador era el momento exacto para partir antes de que oscureciera. Marta me mostró unas fotos, me recomendó un ibuprofeno para el dolor de garganta y me acompañó a la parada del 188. Desde el colectivo la vi por última vez, sonriéndole a una vecina. Recordé sus lágrimas mojando los recuerdos, sus ojos pequeños, cansados. Y recordé que yo… lloré también. El frío del regreso no me dolía, porque regresaba a mi casa, al calor de las paredes, a mis planes nocturnos, a mis trabajos en curso, a mis certezas y mis divinas inquietudes. A todo eso que nadie quebró jamás. <br />Quizá llorar el lamento ajeno por una injusticia nos vuelve un poco más humanos que antes. Talvés sentir en la piel el peso de la ausencia de un desconocido que revive ante nosotros en los ojos de su madre nos golpea de algún modo que derrite los muros de acero de nuestra rutina. Quizá. <br /><br />Yo sé que a mi regreso, yo no era la misma.Dianahttp://www.blogger.com/profile/11006734746015600681noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3708118184643752186.post-80997687669440299092007-06-22T22:31:00.000-07:002007-06-22T22:51:10.279-07:00Tres, dos, uno... cero2.33 a.m. Viernes por la noche (sábado por la madrugada). Acabo de llegar a casa completamente oxigenada y feliz. Como cuando paso un rato con mis sobrinos, que con tanta energía limpia y con toda esa inocente sabiduría, me aclaran los rumbos, las caras de las cosas y me llevan a formular inquietudes inauditas. La oxigenación que puede darte un paseo al aire libre contra la brisa del otoño disperso, o la imagen de esa tormenta desde la ventana, un baño con sales, una canción perfecta, palabras a tiempo, un abrazo... a tiempo, el sabor de ese postre, una copa de vino, un rincón en la sala en la que proyectan tu película favorita, o la que será tu preferida pronto, un final preciso a la novela que venís leyendo con devoción, un café en esa esquina tan cálida, el beso postergado. ¿Cómo nos mimamos frente al agobio?. Soy estudiante universitaria y tengo amigos que también lo son. Hay meses claves y este (junio) es uno de ellos. De pronto se supone que cerremos con broches de oro, o que salvemos cosas que parecen insalvables desde la perspectiva del cansancio, en no más de dos semanas. ¿Cuánto a favor nos da el encierro, la velocidad, la ausencia de aire, la palidez, el cansancio? <br />La pregunta es, ¿cómo manejamos el estrés? (sea cual sea su causa, hablé de la Universidad por razones obvias),¿le damos importancia?, ¿nos creemos máquinas capaces de regresar a un estado saludable cuando la cuenta regresiva culmine?, y finalmente, ¿cuánto de responsable tiene el sistema en estas cuestiones?Dianahttp://www.blogger.com/profile/11006734746015600681noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-3708118184643752186.post-75082057512194525052007-06-17T15:19:00.001-07:002007-06-17T15:21:00.919-07:00FechasHay días inventados. Todos conocemos los motivos de estas fechas comerciales. Sin embargo para algunos significan tanto. Es el primer día del padre de mi hermano Lucho por ejemplo y eso debe simbolizar mucho para él. Mamá considera que hoy es su día también porque ella ofició de madre y padre y sin embargo yo nunca lo sentí así, simplemente cumplió muy bien su rol de madre afectuosa y compañera. Es una persona enorme. Pero la Ley, el Jefe de la casa (antes de que estas fueran cuestiones pasadas de moda) era él. Acabo de escuchar su voz del otro lado de la línea después de tanto tiempo. Siempre es después de tanto tiempo. Y pienso en estas fechas creadas por el mercado que tienen su compensación en hacer sentir especiales a las personas. Y en que aunque uno conozca cómo funciona la lógica del sistema, siga respetando los saludos, las felicitaciones, los regalos, los rituales. Pero más allá de eso, cómo para los que no creemos tanto en estas cosas y lo hacemos casi por costumbre, hay ciertos días puntuales que pueden movilizar tanto. Será quizá que la ausencia se vuelve tan real y palpable de pronto. Mientras permanece en el fondo imperceptible, pero aun a sabiendas de que allí está, casi no duele. Y ahora se materializa. Es un pequeño golpecito al alma y luego todo vuelve a la normalidad. <br /><br />Lo mejor es abrazarse. Y mucho.Dianahttp://www.blogger.com/profile/11006734746015600681noreply@blogger.com0