sábado, 20 de noviembre de 2010

Acá

Ahora estoy con mi silencio que me doblega. Me hablan algunas voces y no distingo lo que quieren decirme. Que fue un error, que es un acierto, que no lo saben, que aprenda sola. Quién sabe. Son voces que están en mí y que de mí nacen. Son esas preguntas para las que nunca encuentro respuestas únicas, sino miles de variables.
Estoy acá, erguida aunque me cueste y recuerdo cosas que marcaron mi vida. Son fotografías manchadas por el sepia del tiempo objetivo que sigue corriendo, incluso a mi pesar. Y es en esas imágenes donde puedo verme al fin con otros colores, abrazada por otros aromas, inmersa en otros momentos que ya no son míos y a los que me cuesta demasiado dejar ir. Y todo gracias al silencio que a veces decido aplacar y otras, simplemente, dejar ser.
Hoy te dejo ser, silencio. Podés hablar en los idiomas más obtusos para mi entender caduco, pero te dejo ser más allá del ruido ensordecedor de las voces. Que hablen y que me llenen de vacíos e inquietudes, no me importa. Que el día finalmente aclara y yo me ilumino también, para dejar en los restos de estos instantes confusos, el residuo necesario que alguna vez dejará de serlo y se transformará en ceniza.

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