viernes, 14 de agosto de 2009

Mi analista me dijo…

Leí una vez en una revista del corazón, que comenzar una conversación con la frase “mi psicólogo dice que…” está terminantemente prohibido en el contexto de una cita con una persona del sexo opuesto. No sé si alguna vez, antes o después de ser prevenida por esas palabras, lo hice. Creo que no. Quiero creer que no.
Si por ejemplo hubiese dicho que todo es culpa de nuestros padres, cosa que digo a menudo y que, por otra parte, no debiera ser novedad, no tendría por qué haber pecado de amargada e intolerante. Está comprobado y una carrera entera lo sustenta, que efectivamente todo es culpa de nuestros padres. Y de los hijos que no son sino receptores activos de lo que los padres inculcan acerca del arte de vivir. Ambos actores, para hablar en términos de lo que a mí concierne, son responsables, quitando con esta nueva palabra la carga valorativa de la expresión culpa.
Alguien que conocí me dijo que la palabra analista, referida a la salud mental, es algo así como un eufemismo y yo creí en aquel entonces, años atrás, que estaba en lo cierto sin lugar a duda. Hace unos pocos meses comprendí que dentro de la psicología hay otras corrientes y que al menos para una de ellas ya no es psicólogo el analista, y la terapia deviene análisis.

Habiendo aclarado estas cuestiones prosigo.

Días atrás mi analista me dijo que “hay que hacerse cargo de las ganas”. Lo traigo al papel para volverlo legible y tangible, para poder regresar a esta idea cuantas veces yo quiera y de manera inmediata.

O quien desee hacerlo.