miércoles, 6 de junio de 2007

En construcción

Creo que la soledad tiene sus vicios. No hay horarios ajenos a los propios, ni gustos que pongan en dilema la elección del menú. La música es personal y también el silencio. Los rincones persisten en el mismo estado en que se los deja al salir. Todo tan intacto. O tan caótico. Pero único. Cuando somos independientes la vulnerabilidad se nos vuelve esquiva o más presente que nunca?. El dolor duele menos o más?.
¿El contacto con el mundo exterior, con los amigos y la familia, es más lejano, adentrándonos en nuestras burbujas, o más cercano que cuando estamos en pareja?.